..:Ya no somos los mismos:..

martes, febrero 06, 2007

XXX 386



Ese día nos levantamos muy, muy temprano, de madrugada, con un friíto muy típico del suelo tachirense. El viaje sería matador, ida por vuelta a la querida Mérida para hacer un "mandado de mamá"... El motivo no importaba, lo vital era darnos un espacio -así fuera de pocas horas- lejos de tantas miradas, ojos mal intencionados... Además de todo, representaría nuestro primer viaje juntos a la ciudad de los caballeros...

El camino se fue portando a la altura, casi casi, sin contratiempos. Una hora antes de llegar vino a la mente una idea: ¿y si cambiamos sólo por un rato el viejo Chévrolet por el nuevo XXX 386 que está allá, muy tranquilamente esperando en la finca, por donde vamos a pasar...así llegaremos más rápido....? Hecho.

El día se pasó entre nuevos amigos, entregar el mandado, visitar a unos "panas" que de "pana" no me hacían falta saludar... e ir a La Sabana un momentico, para la familia visitar.

"Ese de allá, en la ventana es mi hermano.... Mmmmm... Hola, ella es Ana.... mmmmm ahhh ya....". Arriba, en lo alto del segundo piso, pero en la ventana vecina, medio se veía la cara de un jovencillo de unos 17 años, que al parecer estaba medio enfermo de una muela y su amiga Indira lo iba a acompañar... "Mamá no está..." Se dejó escuchar desde esa mala cara. Ok. Media vuelta, y para atrás. ("qué niño tan antipático... no debimos venir par acá...").

Se hacía tarde, había que regresar, pero una que otra cerveza "obligó" a apretar el acelerador hasta el final...

Una gran recta, luego la primera curva, pasando la estación de policía que luchaba por no caerse a un lado de la carretera. Un autobús que robaba la derecha, una montaña que se abalanzó encima y de repente... 20 segundos que parecieron una eternidad... "No grites Ana.... no grites...." (pero asombrosamente nadie gritaba). Al fin el carro se detuvo; el panorama se volvió -literalmente- de cabeza... el cinturón, ¡bendito cinturón de seguridad!, nos permitió salir por una maltrecha ventanilla sólo con muchos moretones y pedacitos de vidrio que de repente caían del cuerpo al comenzar a caminar. De ahí salimos en pie, pero el japonés XXX386 no volvió a rodar.

Fue un muy largo camino a casa, frente a una larga carretera que parecía nunca terminar, mas aun de nuevo dentro de ese viejo Chévrolet que debimos volver a conducir para regresar.... Miedo, angustia, incertidumbre... dolor... Todo se vino encima en un solo día, un corto pero a la vez muy, muy largo viaje que marcó el inicio de uno de los capítulos más influyentes de nuestras vidas...

Un día que se tornó difícil, donde la vida se aferró a la vida... en el cual conocí por una ventana a Jc.Rey, a quien hoy, luego de 11 años de ese dolor de muela, con tantos y tantos cuentos, alegrías, tristezas, caminos alejados y de nuevo reunidos, le deseo un
¡¡¡Feliz 29 cumpleaños!!!

Lo escribió some :: 9:59 p. m. :: 6 Nos han escrito:

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