martes, noviembre 28, 2006
Así.... ¡sin anestesia!
- Hola
- Hola
- Cómo se portó la niña???
- Bien, bien… (la respuesta vino así como rapidito, para que no preguntara mucho)- Qué bueno, hasta mañana entonces…
- Ah, no, esteeeeeee, no se nos olvidaba, el Ministerio avisó, y por las elecciones NO HAY CLASES hasta el martes 5, dios mediante………. Supongo q como uds. trabajan en un periódico ya lo sabían… ¿verdad?
- ¡¡¿¿Qué qué!!?? (¿qué me habrá querido decir la “mae” con el “supongo”?) Sí, claro, GRACIAS por recordarlo (sobre todo a esta hora del mediodía, cuando las malas noticias pegan como más fuerte….) Hasta el martes…entonces
- Chao chao!
Definitivamente, debí estudiar para maestra….
jueves, noviembre 23, 2006
Estoy cansada...
sábado, noviembre 18, 2006
¿Será que se atrevió?
domingo, noviembre 12, 2006
Como si hubiera sido ayer...
Esa tarde las palabras se volcaron al tema, que si bien había sido asomado en otros momentos siempre muy intensos, nunca había sido abordado de esa manera:
- ¿Lo harías?
- Si, claro que sí, siempre lo he pensado… confieso que me da algo de temor, pero no me importa…
- ¿Temor? ¿Por qué temor?
- Bueno, quizá por ser algo desconocido, y porque sé que no volveré a ser la misma, no habrá marcha atrás… (Sus ojos lo miraban con ese amor que, quizás rayando en lo “tonto” le gritaban en silencio que si lo haría, sería por él)
- Pero, en todo caso, ¿lo harías?
- Sí…claro que sí. No estoy muy segura de cuándo, ni dónde, pero se que será pronto… te voy a sorprender…. se que te va a gustar… No me importa lo que piensen los demás, pero es mi decisión, es mi cuerpo… (Y la miraba volvía a enredarse en el vasto sentimiento que para ese momento, ambos compartían y defendían hasta con la vida misma)
Una mañana de septiembre, sin pensarlo mucho, sin que las palabras dieran tiempo a las dudas, el miedo desapareció y esa marca que sentía –y sabía- que duraría para toda la vida se esparció por su cuerpo, cobijándose en su piel hasta que llegue el final de sus días. Dolió un poco, pero valió la pena.
Esa rosa, que con sus pétalos y tres espinas se aloja desde hace mucho tiempo en lo alto de su espalda, es la que siempre le recuerda que algunas cosas –y situaciones- sí son para toda la vida…
viernes, noviembre 10, 2006
¡Empezó la Feria!
martes, noviembre 07, 2006
Azul, azuliiiita
viernes, noviembre 03, 2006
El final de la paloma...
Una llamada comenzó a empañarme el panorama:
- Hola, ¿Por dónde vienes?
- Ya por la Av. Bolívar.
- Bueno, pues acaban de tirotear a un motobanquista diagonal aquí al diario, mosca cuando llegues que la cosa está medio alborotada afuera.
- Uyyy, qué feo.. y a mi que me encanta salir a la panadería del frente… qué va, me sale seguir con la dieta… Ya voy para allá.
- Bueno, cuidado pues.
Otra llamada:
- Hola amiga.
- Hola, ¿Cómo va tu día en sucesos?.
- Bien, aquí, lo mismo de siempre...
- Epa, ¿por casualidad sabes qué pasa en la Bolívar, pues voy manejando hacia el trabajo y me encuentro con un poco de chamos corriendo entre los carros.
- Ah,sí, los alumnos del Pedro Gual están protestando ni se por qué.
- Ummmm qué raro… bueno, ok. Gracias. Bye.Toreando uno que otro liceísta, sigo mi camino hasta el periódico. Tomo un atajo, me meto por una vía alterna, frente a la clínica Guerra Méndez… sigo pensando en el muerto, ahora con la imagen entrecruzada de los inquietos estudiantes que me miraban feo hacia el carro.
De repente, al horizonte diviso una paloma, en plena calle, sin muchas ganas de alzar su vuelo, me voy acercando ¿lentamente? Pero el avecilla ni se inmuta, hasta que, quizá motivada por el calor del asfalto decide alzar vuelo.
Muy tarde… para ella…
Un fuerte ¡PLOP! se escuchó frente al parachoques.
Lanzo una mirada –algo asustada- al retrovisor, y veo un pocotón de plumas que caían del cielo cual guerra de almohadas…
Por más que intenté, no vi más nada. Nunca supe si la paloma logró sobrevivir a ese encontronazo fuerte con mi carro, o si como el “motobanquista”, no regresó esa tarde a su casa…
Afortunadamente, tampoco me topé con alguno de esos cuerpos… ¿Suerte? No se, pero desde ayer no dejo de pensar en que los dos, a su manera, buscaron la muerte.
miércoles, noviembre 01, 2006
Rostros de la montaña
Para escaparse y respirar el aire lejos de la ciudad, para sumirse en la intensidad de sus vastos paisajes, y disfrutar de la paz y tranquilidad que todos sentimos al estar cerca de estos inmensos y hasta nostálgicos horizontes.
Una estampa del páramo merideño, vía Pico del Aguila captada hace unos dos años adorna este post, donde sobresalen las caritas siempre rozagantes de los niñitos andinos, quienes aguardan pacientes a un lado de la carretera, hasta que un amigo turista les compre una cálida flor.
Sus rostros, llenos de inocencia, resaltan en medio de un paisaje que invita a viajar.
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