..:Ya no somos los mismos:..

sábado, abril 21, 2007

La última llamada

No recuerdo con exactitud la primera vez que lo vi, sólo se que estábamos en sexto grado, allá en una tímida escuela de la parte alta de San Cristóbal. Siempre con su maletín negro, grande, que de seguro pesaba más que su edad. Pocas veces hablamos, pero la verdad, creo que en esa época sería poco lo que pudiera decir.
En un abrir y cerrar de ojos pasamos a la tan esperada secundaria, tres años en los que compartimos pupitres y alguna que otra exposición de Biología. En los dos años siguientes la cosa cambió. El ejercicio, una que otra pesa, las ganas de irse a la escuela militar -que nunca llegó-… muchos factores que lo fueron convirtiendo en un chico guapo, fornido, pero siempre de pocas palabras –las necesarias- diría yo; esas que hicieron que sin querer queriendo me fuera involucrando progresivamente en su día a día, en conversas a un lado de la escalera, en fiestas pro graduación que terminaron en ese nunca olvidado primer amor.
La vida poco a poco le fue dando más color a esa relación que florecía, y que con sus vaivenes, alegrías y sinsabores propios de la edad, marcaron un camino que solito se fue recorriendo…
La universidad, con sus nuevas caras e insipientes amistades hicieron que ese camino se fuera torciendo, pero siempre conservando ese ir y venir que, más por costumbre que por otra razón, nos mantenía siempre ahí, en contacto.
Una navidad, por allá en el ’93, cuando su calendario marcaba los 20 años, lo empecé a notar más flaco, una delgadez que le hacía perder ese físico que le robaba la mirada a más de una andina, se había apoderado de su ser. Ya no éramos los que habíamos sido, pero igual nos visitábamos
Llegó enero del '94, de repente, una llamada: Epa, ¿sabías que… está hospitalizado?
Desde ese momento todo cambió. Días de hospital, terapia intensiva, malas caras, algunos reproches, de ciertos rencores… Un sábado de mayo en la noche, una llamada.
- Hola….
- ¿Quién es?
- Soy yo
- ¿…..Quiénnnn?
- Yo... ¿no me reconoces la voz…?


En un instante todo se vino a la mente, hasta comprender que esa voz gruesa, que en otrora asemejaba a un agradable locutor de media noche, no era más que un hilito que a penas se escuchaba del otro lado del teléfono… Conversamos por un largo tiempo, de esas pláticas donde lo que menos se quiere es decir adios.
Pasó sólo una semana y otra llamada puso final a esa larga, intensa y a la vez extraña relación de tantos años.

- Murió hace media hora.
El cáncer que carcomía su cuerpo no lo dejó llegar a los 21 años. Esa noche, contemplando su última imagen allá en esa fría sala velatoria, comprendí que esa sorpresiva llamada recibida una semana atrás fue de despedida.
Han pasado casi 13 años, y siempre, en esta época cuando se va acercando el 24 de mayo, su rostro se cuela en mis sueños.


Lo escribió some :: 9:37 p. m. :: 4 Nos han escrito:

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domingo, abril 15, 2007

¿Qué estará haciendo Enrique….?


Era diciembre del 2001. Lo recuerdo clarito porque fue la primera Navidad de mi hija.
Me encontraba en la cena de fin de año de una revista de esas fashion que abundan en Valencia, y de la cual formé parte por algún tiempo. Los directores del magazine ofrecían una cena para todos los que ese año habían colaborado de alguna u otra manera con la edición: periodistas, fotógrafos, modelos y demás.
Era la época de moda de Patricia Velásquez y Enrique Palacios, quizás dos de los modelos venezolanos más famosos a nivel mundial hasta el momento. En todas partes se hablaba de ellos, las damas suspiraban por esta beldad masculina, que acaparaba miradas en las publicidades de Armani, Dolce & Gabanna, entre muchas otras.
No había quien en ese momento no supiera quién era Enrique… Y yo, como buena periodista, lo sabía…
La cena se extendió más de la cuenta, entre comentarios, fotos, regalos y buenos deseos por el año culminado y los éxitos que estaban de seguro en puerta.
Yo, cansada y preocupada por mi beba de 7 meses para el momento, sólo pensaba en las ganas de irme a casa. Me levanto de la mesa, y voy donde mi esposo a decirle, de la mejor manera, ME QUIERO IR!
Me acerco, y lo veo hablando con un chico alto, delgado, moreno… y decido meterme en la conversación:


- Sí, a mí me gustan las Glocks, siempre las he disparado desde chamo (decía el apuesto joven)
- Eeeesa es la que yo tengo, la llevo siempre conmigo…

(Se juntaron los monos para rascarse) fue lo que pensé.

La conversa se tornaba larga y cada vez más entretenida (para ellos), y por más deleitada con el panorama que veía, decidí volver a la mesa a, esperar…
En eso llega una colega periodista, con cara de estar en el cielo rodeada de ángeles indescriptibles y me suelta la perla que me hizo tambalear:

- Chama, te vi hablando con él…. Qué te pareció? Cuéntame
- Con quien?
- Coño maricaaaa (muy valenciana ella) pues con Enrique… Enrique Palacios, el modelo… estaba con tu esposoooo… ¿¿¿NO LO RECONOCISTE????

La sensación de ponchada invadió mi cuerpo de repente, sólo vencida por mis ganas de pararme de nuevo e ir a integrarme a esa charla, de la cual no recuerdo ni una sola palabra, pues mis esfuerzos se fueron en contemplar de cerca a Enrique, el modelo que se supone conocía por revistas y con el cual estaba hablando sin darme cuenta, y con quien –por supuesto- me tomé una foto. Tremendo despiste…

Hoy, revisando aquí y allá en la web me topé con esta foto del señor Palacios, y a mi mente vino esa anécdota que hoy quise plasmar.

De ahí surgió la célebre pregunta: ¿Y qué estará haciendo Enrique?

Lo escribió some :: 10:05 p. m. :: 3 Nos han escrito:

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sábado, abril 14, 2007

Forget it!

Tratar de olvidar a alguien es querer recordarlo para siempre.
Anónimo


...diez simples palabras,
...diez complicadas realidades.

Lo escribió some :: 4:52 p. m. :: 12 Nos han escrito:

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martes, abril 10, 2007

Viendo el horizonte


Mirar siempre hacia el horizonte, seguir el camino, avanzar, no voltear…dejar atrás. Retomar rumbos, con una mirada fija, tranquila, hacia un camino que se presenta calmado, reposado, limpio, y muy brillante. Sumergirse en las vastas aguas, y salir a flote para respirar aires renovados... fuertes. Sopesar la firmeza de esos antiquísimos muros de ladrillo, que en otrora fueron fortalezas, y aprender de ellos, de sus años, de sus historias…
Muchas ideas me vienen a la mente con esta nueva foto de los Castillos de Guayana, al oriente de Venezuela que ahora encabeza este blog, captada por el lente de un buen amigo y excelente fotógrafo, a quien agradezco su paciencia al tomarla, y su benevolencia al cederla.
Aquí en este sencillo post #70, dejo otra imagen -esta vez a color- de la misma serie. Espero la disfruten.

Lo escribió some :: 9:05 p. m. :: 4 Nos han escrito:

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miércoles, abril 04, 2007

Sí me quiere.... no me quiere...


¿Cuántas margaritas habrá que deshojar, para, al final de todo, comprobar lo que de seguro ya sabes?
O te quieren o no te quieren. No hay de otra; ni medias tintas, ni respuestas ambiguas.
Lo malo viene, cuando a veces, hay que apelar hasta por el tallo para obtener una respuesta.
Lo mejor en algunos casos, es buscar otra dulce florecilla... Puede que tarde, pero de que llega, llega.


Lo escribió some :: 12:27 p. m. :: 7 Nos han escrito:

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