..:Ya no somos los mismos:..

jueves, diciembre 27, 2007

Agua, arena y .... nada


Ella sabía que un día pasaría. Que en esta vida –y en todas- nada es eterno. Pero se negaba a aceptarlo, a ver la realidad con sus tintes y verdaderos colores, a aceptar algunas cosas solo por su simple existencia.
Por ello, permanecía ahí, aislada, silente, construyendo poco a poco un castillo de arena, que sabiendo que un día se derrumbaría, cuidaba y resguardaba con todas sus fuerzas. Y él, sin querer –quizás- la ayudaba. Con una irregularidad que ya era constante, regresaba, iba, y la auxiliaba. Alzaba sus manos y apilonaba algunos granitos, formando una estructura que de solo verla, asustaba, y que nadie, ajeno a ellos, entendía ni aceptaba. A veces temprano, a veces tarde, pero él siempre llegaba. Ella, contra viento y marea, siempre lo aceptaba.
No había compromiso, no había reservas, no había nada. Solo el estar ahí, ayudar, construir, dejar…. Irse, perderse, aparecer y de seguro regresar. Volver a esa peligrosa orilla, donde la amenaza de una ola que todo lo derrumbaría siempre estaba. Y llegó.
Una tarde, cuando el castillo lucía hermoso, fuerte, duradero, la ola sorpresiva arropó sin pedir permiso lo que a su paso se erigía, dejando un mar de arena que emulaba un desierto inerte de esperanzas.
El, callado, algo afligido siguió su paso, pensando con miedos y hasta con ansiedad lo que ahora, lejos de ahí le esperaba.
Ella, con las manos llenas de ausencia, aún no sabe si volver a construir ese castillo, pues ignora si él vendrá de nuevo a ayudarla.



Lo escribió some :: 11:33 p. m. :: 6 Nos han escrito:

¿Y tu qué opinas?

-------------------------------------